El crecimiento de 2017 seguramente estará entre 3% (si la economía se estancara en el nivel registrado en julio) y 3.6% (si continuara el ritmo de recuperación de los últimos meses). Sería un crecimiento mayor que el de 2015, similar al de 2013 e inferior al de 2011, los anteriores años electorales.
Actividad Económica
Desde el mínimo registrado en septiembre del año pasado, la actividad económica general viene recuperándose. Si continuara al mismo ritmo, las estadísticas que se conozcan en octubre mostrarán un nivel de actividad entre 3.5% y 5.5% por encima del nivel registrado un año atrás.
Hasta la elección de octubre, la actividad económica seguramente dará buenas noticias al Gobierno, a diferencia de la inflación, que seguramente habrá agotado para octubre la meta anual. Menores presiones financieras y cambiarias son el principal impacto económico de las PASO.
Si, durante el resto del año, la actividad económica se estancara en el nivel al que llegó en mayo, 2017 cerraría con crecimiento del 2.3%; si, en cambio, continuara creciendo al ritmo observado desde septiembre, 2017 cerraría con crecimiento del 3.5%. Esos pueden ser piso y techo de lo que puede ocurrir este año.
La recuperación de la actividad económica desde el mínimo de septiembre del año pasado alcanza un ritmo de más del 6% anual, ritmo que permitiría, si continuara durante el resto del año, un crecimiento de más del 3.5% este año, en el marco de una gran heterogeneidad entre sectores.
Sigue instalada la idea de que la reactivación aún no ha comenzado, a pesar de que la actividad económica ha estado recuperándose. Puede ser consecuencia de que todavía no ha llegado la mayoría de los aumentos salariales, y que la reactivación es muy heterogénea por sectores.
Las expectativas se mantenían altas mientras la actividad económica caída, y cayeron este año mientras la actividad económica se recupera. Es importante para el Gobierno regenerar expectativas, para evitar el riesgo de que se frene la reactivación.
El periodo incluido en la última moratoria, hasta el 31 de mayo de 2016, quedó corto al continuar por unos meses más la recesión. Convendría modificarlo, para que miles de pequeñas y medianas empresas queden en mejores condiciones de aprovechar la recuperación económica.
Esperar dos trimestres, es decir, medio año, para confirmar que una recesión ha quedado atrás es innecesario cuando existen estadísticas mensuales. Estas estadísticas ya muestran cuatro meses consecutivos de crecimiento, señal de que la recesión seguramente ha quedado atrás.
Durante los últimos 3 meses de 2016, la actividad económica se recuperó un 2.3%, un porcentaje elevado para un periodo tan corto, luego de 15 meses de caída. Señal de que la recesión, más prolongada y profunda que las 2 anteriores, puede haber quedado atrás.
Con los números de octubre, la actual recesión acumula una caída del 5.3% durante los últimos 16 meses, el año cerrará con una caída cercana al 2.9% y la eventual recuperación durante 2017 seguramente no alcanzará el 3.5%.
Al final del segundo semestre, habrá dos problemas resueltos (cepo cambiario y default), tres problemas sin resolver (excesivo déficit fiscal y atrasos tarifario y cambiario) y dos procesos comenzando a revertirse (caída de la actividad económica y muy elevada inflación).
El Banco Central está comunicando con transparencia su política: altas tasas de interés mientras la inflación no de señales de bajar y tipo de cambio flotante, con intervenciones para mantenerlo dentro de cierto rango. El impacto recesivo lo hace correr contra el tiempo.