Aun cuando los salarios terminen empatándole a la inflación este año, su poder de compra puede incrementarse alrededor de un 8% hasta agosto, producto de aumentos salariales concentrados en los próximos meses, con una inflación bastante estable en torno al 1.8% mensual.
Salarios
El aumento de salarios acordado en la paritaria bancaria pone en riesgo la estrategia oficial contra la inflación, ya que podría servir de referencia para otras paritarias del sector privado, y generar así presiones de costos incompatibles con la meta oficial de inflación.
Si el Gobierno Nacional lograra aumentos salariales en torno al 20%, favorecería su estrategia de desinflación, pero no se recuperaría el consumo. Con mayores aumentos salariales, sería más difícil reducir de la inflación, pero podría crecer el consumo.
Resulta paradójico que si el Gobierno fracasara en su intento de lograr aumentos salariales en torno al 20% podría conseguir un escenario electoral mejor que si tuviera éxito en aquel intento, porque en ese caso aumentaría el poder adquisitivo de los salarios.
La meta oficial de inflación del 17% para el año próximo implica un desafío, que explica la intención del Gobierno de que los salarios del año próximo se fijen pensando en la inflación futura más que en la inflación pasada, lejos de la postura de los sindicatos.
La negociación del segundo tramo de aumentos salariales de los gremios que habían acordado aumentos semestrales, y las demandas salariales de la próxima paritaria, seguramente altas luego de muy elevada inflación durante 2016, hacen difícil bajar la inflación.
La evolución de la economía durante 2016 se parece mucho a la de 2014, en especial la evolución de la cantidad de dinero, la inflación y el poder adquisitivo de los salarios, aunque el impacto competitivo de la devaluación resiste un poco más esta vez.
La elevada inflación de fines de 2015 hizo caer nuevamente el poder adquisitivo de los salarios, que quedó en diciembre casi 8% por debajo del nivel de agosto y casi 4% por debajo del nivel de diciembre del año previo. Caída que seguramente pondrá presión sobre paritarias.
Tipo de cambio alto para lograr competitividad externa o tipo de cambio bajo para lograr salarios altos en dólares es una falsa disyuntiva, que se supera con una agenda de largo plazo focalizada en factores que inciden sobre la competitividad real del país.
El resultado de unificar el tipo de cambio, subiendo el oficial, depende de su interacción con paritarias. No es lo mismo hacerlo antes o después de paritarias, o coordinarlo con acuerdos de precios y salarios. El orden de las políticas económicas importa.
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