40 años sin industrialización

El análisis económico del día. Hace 40 años comenzaba a revertirse el proceso de industrialización que experimentó argentina durante casi un siglo.

Para recuperarlo es necesario un conjunto de políticas complementarias: políticas industriales específicas, políticas de competitividad, políticas macroeconómicas y reformas institucionales.


Según el Gobierno Nacional, durante los últimos 10 años hubo en Argentina un fuerte proceso de industrialización. Menciona un crecimiento industrial de más del 100%.

Efectivamente, los números oficiales indican que el PBI industrial creció un 109.4% entre 2002 y 2013, y un 80.6% entre 2003 y 2013 (ver primer gráfico).

Gráfico 1.- Crecimiento industrial 2003-2013

Pero también indican que el peso de la industria con relación al tamaño de la economía era del 19.4% en 2003, y fue del 19.8% en 2013, prácticamente igual luego de 10 años. Por eso resulta difícil hablar de industrialización.

De todos modos, hay que reconocer que en la última década, al menos, se frenó el proceso de caída en el peso relativo de la industria ocurrido desde mediados de los 70, pero nada indica que estemos en medio de un proceso de recuperación de los niveles de cuatro décadas atrás.

El segundo gráfico muestra la evolución del tamaño relativo de la industria entre 1875 y 2013, con una tendencia positiva entre 1885 (casi 8% del PBI) y 1974 (27% del PBI), una tendencia negativa desde entonces hasta 2003 (menos del 20%), y un estancamiento luego, hasta la actualidad.

Gráfico 2.- Industrialización 1875-2013

La pérdida del proceso de industrialización durante los últimos 40 años seguramente, como cualquier fenómeno complejo, se explica por múltiples factores. Tal vez uno de los más importantes sea la enorme inestabilidad que caracterizó a la economía argentina durante todos estos años.

El tercer gráfico muestra la enorme volatilidad del crecimiento de la actividad económica general en Argentina en comparación con una economía estable como la australiana. El crecimiento anual de Argentina muestra fuertes caídas seguidas de fuertes recuperaciones, una y otra vez a un ritmo vertiginoso. Da la idea de una especie de “electrocardiograma económico” de un paciente enfermo.

Gráfico 3.- Inestabilidad económica 1970-2013

Y la inestabilidad es también enorme en los precios relativos de la economía, definidos por el tipo de cambio real, es decir, el tipo de cambio ajustado por inflación (cuarto gráfico).

Gráfico 4.- Inestabilidad cambiaria 1970-2013

Mientras en un país estable como Australia, el tipo de cambio real se mueve, a lo largo de 40 años, 40%  por encima y 30% por debajo del promedio del periodo, de manera bastante suave, el de Argentina se mueve en el rango de 130% por encima y 60% por debajo del promedio, yendo de un extremo a otro en periodos muy cortos.

Esto significa que el industrial que invirtió con un tipo de cambio alto, para sustituir importaciones o para exportar, puede fundirse tan sólo tres o cuatro años después, al enfrentar un tipo de cambio demasiado bajo, para encontrar nuevamente oportunidades cuatro o cinco años después. Difícil que haya inversiones de largo plazo en este contexto.

Para revertir esta situación, es necesario un conjunto de políticas complementarias, que abarcan:

a.- Políticas industriales específicas, con enfoque moderno, orientados a eliminar los obstáculos que estén impidiendo el desarrollo espontáneo de actividades industriales de alto valor agregado.

b.- Políticas generales de competitividad, como inversión en infraestructura y esquemas impositivos favorables a la producción, para garantizar la verdadera competitividad industrial.

c.- Políticas macroeconómicas que permitan un mínimo de estabilidad, para dejar atrás las sucesiones de tipo de cambio alto seguido de atrasos cambiarios, tan perjudiciales para la actividad industrial, para que tengan sentido las políticas de competitividad y las políticas industriales específicas.

d.- Reformas institucionales que reduzcan la discrecionalidad en las políticas monetarias, fiscales y cambiarias, para garantizar una estabilidad macroeconómica sostenida.

Sólo con un conjunto de políticas de estas características podremos aspirar a recuperar la industrialización perdida 40 años atrás.

El análisis económico del día. Por Gastón Utrera.