En tiempos de inestabilidad macroeconómica, la urgencia con que deben tomarse decisiones de política económica impide análisis rigurosos […]
Política Económica
Los planteos de que el Gobierno no tiene plan económico, o que tiene uno parecido al del gobierno anterior, no tienen demasiado sustento. Tal vez sean consecuencia de no interpretar correctamente las restricciones políticas y sociales que condicionan las decisiones.
Continúan las críticas al Presidente por no centralizar las decisiones de política económica en un súper ministro. Dado que los presidentes no suelen cambiar su modo de gestionar, tiene menos sentido seguir esa discusión que analizar la calidad de la coordinación entre ministerios.
Políticas nacionales tienen más incidencia sobre la pobreza coyuntural, que se combate reduciendo inflación y desempleo, mientras que las políticas provinciales tienen más incidencia sobre la pobreza estructural, que se combate con políticas de educación, salud e infraestructura social.
Desarrollar Vaca Muerta requiere, además de medidas para reducir costos de exploración y explotación, precios internacionales adecuados. Puede generar varios beneficios, y también algunos efectos negativos, que pueden evitarse con políticas y marcos institucionales adecuados.
Terminado el primer año de gobierno, la política económica enfrenta ahora las restricciones electorales. En 2018 la política económica podrá ejecutarse nuevamente sin las restricciones electorales, pero sólo por un año. Difícil ordenar la economía con plazos tan cortos.
Es generalizada en Argentina la idea de que lo natural es tener un súper Ministerio de Economía y que dividir las decisiones económicas en varios ministerios es casi una excentricidad de Mauricio Macri. Observar lo que ocurre en la región lleva a la conclusión opuesta.
La decisión de despedir a Prat Gay y dividir el Ministerio de Hacienda y Finanzas es equivocada para quienes proponen un súper Ministerio de Economía, pero es razonable si se toma como un hecho la forma de gestionar equipos del Presidente, que seguramente no cambiará.
Tanto en las críticas por tantos ministerios vinculados a la economía, como en la propia defensa del Gobierno, esta forma de organizar el Gabinete aparece casi como un invento del Presidente, cuando en realidad es la forma habitual en otros países, como Chile.
El permanente reclamo de políticas de Estado es tal vez inconducente, por el natural cortoplacismo de la política, que necesita ganar elecciones cada dos años. Tal vez sea mejor intentar incidir sobre la agenda pública de un modo que contrarreste ese cortoplacismo.
El comercio internacional beneficia a los países permitiendo una mejor asignación de sus recursos, pero nunca es neutral. Por eso aparece, cuando se dan ciertas condiciones, el malestar de quienes se ven perjudicados. Importante para pensar la apertura comercial en Argentina.
A diferencia de lo que ocurre en la mayoría de los países, donde pasan casi desapercibidas, las visitas técnicas del FMI generan cierta repercusión en Argentina porque aquí suele asociárselas a la imposición de políticas económicas, algo que sólo ocurre cuando se solicitan préstamos.
La actual flotación cambiaria tiende a amortiguar el impacto de los shocks externos y a reducir la especulación cambiaria y, a largo plazo, podría contribuir a desligar del dólar a los precios internos. Pero es difícil de ejecutar cuando la inflación está todavía tan ligada a los movimientos del dólar.
En el contexto actual, no es posible alcanzar objetivos de inflación, actividad económica y tipo de cambio utilizando sólo la política monetaria. Por eso el dilema entre tasas de interés altas o bajas puede enfrentar al Banco Central con el Ministerio de Hacienda y Finanzas.
Es natural que cueste reducir la inflación cuando los esfuerzos de política anti-inflacionaria están tan concentrados en el componente monetario de la inflación, descuidando otros componentes como el cambiario y el de coordinación de decisiones de precios y salarios.
Hubo cierto apresuramiento en diagnosticar reducción de la inflación núcleo o subyacente, la parte de la inflación no generada por aumentos de precios transitorios o por única vez, que puede no estar ocurriendo. Puede ser una guía equivocada para la política económica.
Una descoordinación entre demasiados ministerios es señalada como causante de las dificultades del plan económico, aunque otras causas pueden ser más importantes, incluyendo algunos errores de diagnóstico y una política anti-inflacionaria que suele no funcionar en Argentina.
Para contribuir a la recuperación de las ventas de automóviles e inmuebles podría aprovecharse la segmentación que prevé el proyecto de blanqueo para que las menores alícuotas previstas para los fondos más pequeños estén atadas a inversiones en ese tipo de bienes.
El proyecto de blanqueo podría aprovecharse para impulsar la demanda de automóviles, estableciendo que los pequeños ahorristas que exterioricen fondos accedan a la alícuota cero del impuesto especial del blanqueo mediante la compra de automóviles 0 km.
Con pérdida de empleos muy concentrada en la construcción, una recuperación del sector inmobiliario podría contribuir a recuperar parte de esos empleos perdidos. Para eso, podría aprovecharse el proyecto de blanqueo para generar incentivos a la inversión inmobiliaria.