Economía Bitcoin (parte 2)

El análisis económico del día. Bitcoin suele ser criticada por su ineficiencia para emitir dinero, consumiendo recursos productivos del mismo modo que lo hacía el viejo patrón oro, y es considerada una moneda inmune a la inflación.

Sin embargo, tal vez no se trate de un sistema ineficiente y, en realidad, no es inmune a la inflación, y mucho menos a la deflación.


Bitcoin (BTC) es, en el fondo, dos cosas relacionadas pero distintas (ver Economía Bitcoin, click aquí).

Es una moneda (unidad de cuenta, medio de pago y reserva de valor) y también un mecanismo para generar moneda y realizar transacciones (un protocolo y una red de computadoras).

Desde el punto de vista económico, lo segundo plantea la cuestión de su eficiencia: ¿tiene sentido dedicar recursos computacionales para crear moneda virtual?

Y lo primero plantea la cuestión de su impacto sobre los precios: ¿es BTC una moneda inmune a la inflación, como sostienen sus defensores?

Racionalidad de la “minería”

Paul Krugman ha criticado a BTC por utilizar un sistema arcaico de generación de dinero: utilizar recursos reales, en la forma de esfuerzo computacional, consumiendo energía eléctrica y tiempo de procesadores, tal como ocurría en la época del patrón oro, cuando era necesario usar personas, picos y palas para extraer el oro necesario para aumentar la oferta de dinero.

En esta visión, BTC es una moneda con alta sofisticación tecnológica pero, paradójicamente, con un modo anacrónico de crear dinero. Es mucho más barato imprimir billetes.

Pero deja de lado el hecho de que una moneda virtual reduce sustancialmente los costos posteriores, ya que elimina los costos de trasladar billetes, como el combustible de camiones de caudales y los salarios de conductores y guardias de seguridad.

Computando entonces todos los costos, ya no queda tan claro que se trate de un esquema ineficiente, en la medida en que la única forma de eliminar los costos posteriores asociados al uso del papel moneda sea mediante mecanismos electrónicos que requieran esfuerzo computacional.

Riesgo de inflación y deflación

No es correcto afirmar que BTC está libre de la posibilidad de generar inflación simplemente porque no hay detrás de ella ningún gobierno que pueda abusar de su emisión.

De hecho, BTC ya generó inflación cuando su cotización cayó de 1,200 a 200 dólares. Un bien que cuesta 1,200 dólares costaba 1 BTC cuando su cotización era de 1,200 dólares y ¡6 BTC cuando su cotización llegó a los 200 dólares! Nada que envidiarle al peso argentino.

Y así como los precios en BTC suben cuando cae su cotización, los precios bajan cuando sube su cotización. Y ese es el riesgo más grande por detrás de BTC, que sus seguidores olvidan cuando ponen foco sólo en la inflación.

La deflación es un problema. En un contexto de deflación, todo el mundo prefiere posponer sus compras para comprar luego más barato, haciendo caer la demanda de bienes, profundizando la baja de precios, justificando posponer más las compras. Un círculo vicioso difícil de revertir.

El techo de 21 millones de BTC es, justamente, una garantía de que luego de alcanzar ese nivel, lo único que ocurrirá luego es un aumento de su valor en la medida en que continúe aumentando su demanda, como ocurre con cualquier moneda a lo largo del tiempo, mientras las economías van creciendo, generando cada vez más transacciones que requieren dinero.

En pocas palabras, una moneda condenada a la deflación.

Monedas nacionales virtuales

Pero se trata de dos aspectos de índole diferente. El riesgo de deflación está vinculado a BTC como moneda, mientras que la cuestión de la eficiencia está vinculada a BTC como protocolo y red de computadoras.

Una moneda privada, no regulada por ningún banco central, siempre tenderá a generar inestabilidad de precios, porque la estabilidad de precios requiere que circule la cantidad exacta de dinero que necesita la economía para realizar sus transacciones a los precios de momento. Con exceso de dinero habrá inflación, con escasez de dinero habrá deflación.

Y es difícil, sino imposible, lograr un algoritmo matemático que permita hacer esto de manera automática. Por eso quedó en el olvido aquella vieja propuesta de Milton Friedman de un banco central “autómata” que emitiera dinero a una tasa constante del 5% anual.

Es probable entonces que BTC no logre superar esta deficiencia.

Pero tal vez el protocolo y la red BTC sirvan para crear monedas nacionales virtuales cuyo ritmo de emisión esté regulado por bancos centrales.

Seguiría habiendo entonces posibilidad de manejar bien la política monetaria, y tener así una moneda nacional virtual estable, o hacerlo mal, teniendo entonces una moneda nacional virtual inestable que nadie quiera tener.

Pero, a diferencia de lo que ocurre con el dinero tradicional, con dinero virtual tal vez sea más difícil que un Gobierno pueda impedir que las personas huyan de una moneda inestable.

Eso sí podría limitar, aunque no eliminar, la posibilidad de dinero virtual inflacionario.

El análisis económico del día. Por Gastón Utrera.


Contenidos complementarios (clickear)

Economía Bitcoin

Economía Bitcoin (parte 3)