El Gobierno destruye sus propios mitos

El análisis económico del día. Según el Gobierno Nacional, sus políticas blindaron a la economía argentina durante la crisis internacional y lograron imponer a la política por sobre la economía.

Hoy, sin detectar la contradicción, argumenta que los problemas actuales son producto de una simple desaceleración mundial, y justifica cada problema con una derrota frente a los mercados.


Durante la crisis financiera internacional de 2008/09, el Gobierno Nacional sostuvo que sus políticas económicas eran tan buenas que blindaban a la economía argentina. La Presidenta de la Nación llegó a recomendar a los países en crisis, en distintos foros internacionales, sus políticas económicas.

Del mismo modo, durante gran parte de la última década, el Gobierno Nacional se arrogó el triunfo de la política sobre la economía.

El propio discurso oficial actual destruye ambos mitos. Sin detectar las contradicciones.

El mito del poder de blindaje de la política económica.

Esta semana, el Jefe de Gabinete reiteró el argumento del Ministro de Economía y la propia Presidenta de la Nación: que los problemas económicos actuales son consecuencia exclusiva de un contexto internacional desfavorable.

Si fuera cierto, implicaría que sus políticas económicas ya no sirven para blindar a la economía argentina de lo que ocurra en el contexto internacional.

En 2008 y 2009, según el Gobierno, la política económica era tan buena que servía para blindar al país de la mayor crisis financiera en el mundo desarrollado desde la Gran Depresión de los años ’30.

Pero hoy, según el propio Gobierno, no alcanza para blindarla de una simple desaceleración del crecimiento económico mundial.

El intento de culpar al contexto internacional por la situación económica actual, y deslindar responsabilidades de política económica, termina así volviéndose en contra del Gobierno.

Si no es cierto que los problemas actuales son consecuencia del contexto internacional, el problema es de la política económica. Y si fuera cierto, debería inferirse entonces que las políticas económicas actuales ya no son tan potentes como lo eran 5 años atrás.

En cualquiera de los dos casos hay un problema con la política económica.

El mito de la política sobre la economía.

Este fin de semana el Presidente del BCRA planteó que la inflación es generada por grupos concentrados que, al intentar mayores márgenes de rentabilidad, empujan a los precios hacia arriba. Un argumento muy utilizado por el Gobierno en los últimos años.

El Ministro de Economía sostuvo incluso que la devaluación de enero había sido consecuencia de un golpe especulativo, en particular de un solo empresario, el presidente de Shell, con una operación marginal en comparación con el tamaño del mercado cambiario oficial.

Si con este Gobierno la política se había impuesto definitivamente sobre la economía, las afirmaciones del equipo económico muestran hoy lo contrario. Según ellas, los mercados están torciéndole reiteradamente el brazo a la política.

Es cierto que la política debería estar por encima de la economía. Pero de un modo diferente al que el Gobierno imagina.

El Gobierno cree que la política está por encima de la economía en el sentido de que es posible hacer, desde la política, cualquier cosa con la economía, sin sufrir sus consecuencias.

Por ejemplo, que puede tener déficit fiscal, emisión monetaria y devaluaciones y al mismo tiempo lograr que las empresas no suban precios.

O emitir dinero en exceso, y usar a discreción las reservas del Banco Central, y al mismo tiempo lograr que particulares y empresas no compren dólares.

O depositar fondos en Nación Fideicomisos simulando un pago de deuda y evitar entrar en default.

O poner un piso a las tasas de interés por depósitos y lograr que no suban las tasas de interés por préstamos.

Manejar la política económica de ese modo lleva a que la política termine derrotada por el funcionamiento de la economía.

Y que el Gobierno culpe entonces a los mercados, en contra de su argumento de que logró poner a la política por sobre la economía.

En qué sentido la política gobierna a la economía.

La política está sobre la economía en otro sentido. Son las instituciones políticas las que definen el margen de acción que tiene cualquier gobierno para actuar con discrecionalidad, e incluso arbitrariedad, en las decisiones de política económica.

Las instituciones políticas permiten, o impiden, los abusos de política económica que llevan a los desastres económicos.

Es en ese sentido que la política gobierna a la economía.

En el sentido en que lo interpreta el actual Gobierno, como capacidad para hacer cualquier cosa, es la economía la que termina imponiéndose a la política.

De allí la evidente paradoja de comenzar anunciando el predominio definitivo de la política sobre la economía y terminar justificando cada fracaso económico en alguna derrota frente a los mercados.

El análisis económico del día. Por Gastón Utrera.