Un enfoque multidimensional de la pobreza muestra que, en el Gran Córdoba, el 6.4% de los hogares (12.9% de las personas) tiene déficit de ingresos, empleo, educación y vivienda. Un núcleo duro de pobreza, seguramente persistente aun en contextos de bajas tasas de inflación y desempleo, que requiere políticas específicas.
Gran parte de las fluctuaciones en la pobreza durante las últimas décadas se explica estadísticamente por la evolución de inflación y desempleo. Esto explica por qué podría bajar fuertemente durante los próximos años, aunque, para perforar el 17%, conviene pensar en una pobreza más estructural.
Si, durante el resto del año, la actividad económica se estancara en el nivel al que llegó en mayo, 2017 cerraría con crecimiento del 2.3%; si, en cambio, continuara creciendo al ritmo observado desde septiembre, 2017 cerraría con crecimiento del 3.5%. Esos pueden ser piso y techo de lo que puede ocurrir este año.
Con inflación este año entre 20% y 25%, el argumento del BCRA de que, aun incumpliendo sus metas, logra menor inflación que la heredada, será menos defendible cuanto más cerca termine del 25%. El problema es que, dada la persistencia que viene mostrando la inflación, existe un alto riesgo de terminar más cerca de 25% que de 20%.
Hace casi un año que cada mes se pronostica, de manera generalizada, que la inflación caerá al 1% mensual a partir del mes siguiente. Como no se cumple, el pronóstico va corriéndose cada mes. Ocurre por interpretar equivocadamente a la inflación sólo como un fenómeno monetario.
Resolver el déficit habitacional de los hogares sin acceso a soluciones de mercado requeriría inversiones por unos u$s 3,700 millones en la provincia de Córdoba. Con el doble beneficio de reducir la pobreza estructural y, a través de mayor empleo en segmentos vulnerables, reducir la pobreza por ingresos.
La recuperación de la actividad económica desde el mínimo de septiembre del año pasado alcanza un ritmo de más del 6% anual, ritmo que permitiría, si continuara durante el resto del año, un crecimiento de más del 3.5% este año, en el marco de una gran heterogeneidad entre sectores.
Las últimas estadísticas de la industria metalúrgica de Córdoba muestran gran heterogeneidad entre segmentos, con los mejores indicadores en los segmentos que proveen a la industria de maquinaria agrícola, lo que también se refleja en mejores indicadores en la región sudeste de la provincia.
El incremento en la tasa de desempleo del primer trimestre del año con relación al trimestre previo está distorsionado por un problema estadístico conocido como estacionalidad. De todos modos, la magnitud de ese incremento, mayor que en años previos, muestra que efectivamente ha subido el desempleo.
La industria del software en la provincia de Córdoba está creciendo de manera acelerada. La facturación del sector, medida en dólares, creció un 33% entre el primer trimestre de 2015 y el primero de 2017, lo que implica un crecimiento promedio del 15.3% anual.