Sobre el déficit habitacional en Córdoba

Estimar el déficit habitacional en base a la información provista por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) de INDEC requiere contabilizar hogares que residen en vivienda precaria, en situación de cohabitación (más de dos hogares en una misma vivienda) y en situación de hacinamiento (más de dos personas por habitación dormitorio).

El informe No. 19 del Foro de Análisis Económico de la Construcción (PDF aquí: FAEC – Informe 19) realiza dicho procedimiento, para la provincia de Córdoba, con información del tercer trimestre de 2018, estimando en 253 mil la cantidad de hogares con déficit habitacional (ver metodología en el informe).

La EPH permite también segmentar dicha estimación de acuerdo con el nivel de ingresos familiares. Definiendo como segmento bajo a los hogares con ingresos por debajo de la línea de pobreza, segmento medio en caso de ingresos entre 1 y 4 líneas de pobreza y segmento alto en caso de ingresos por encima de 4 líneas de pobreza, los 253 mil hogares con déficit habitacional se componen de 137 mil hogares en el segmento bajo, 109 mil hogares en el segmento medio y 7 mil hogares en el segmento alto.

Con datos del tercer trimestre de 2017, el informe No.13 del Foro de Análisis Económico de la Construcción (PDF aquí: FAEC – Informe 13) había estimado en 259 mil los hogares con déficit habitacional, lo que implica una caída de poco más del 2% entre 2017 y 2018.

El análisis de la evolución del déficit habitacional por segmento de ingresos es más complejo porque implica considerar tres movimientos simultáneos: el crecimiento demográfico, la movilidad social (ascendente o descendente, dependiendo del contexto económico) y la construcción y utilización de viviendas.

Una forma de considerar estos tres elementos, para la comparación entre 2017 y 2018, es mediante el siguiente gráfico, presentado en el informe No.20 del Foro de Análisis Económico de la Construcción (PDF aquí: FAEC – Informe 20)

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De los tres segmentos considerados, es en el segmento bajo donde se produjo un agravamiento del problema del déficit habitacional. Surge de comparar el incremento de 8,421 en la cantidad de hogares con el incremento de 24,129 en la cantidad de hogares con déficit habitacional. Otra forma de analizarlo es mediante el peso del déficit habitacional en el segmento: se incrementó del 41.3% en 2017 al 48.7% en 2018.

Podría pensarse que el problema del déficit habitacional es menos coyuntural que de índole estructural. Implicaría sospechar que no son posibles entonces grandes variaciones entre un año y otro, en contra de lo que muestran los informes citados.

El duro testimonio capturado por La Voz del Interior (nota aquí), muestra que estos bruscos cambios, lejos de ser extraños, son prácticamente inevitables en contextos económicos adversos como el registrado desde el año pasado. Un brusco golpe inflacionario, en un contexto recesivo, puede generar una brusca movilidad descendente, en la cual ciertos hogares pueden pasar de habitar una vivienda adecuada a sus necesidades a habitar una vivienda precaria, cohabitando con otros núcleos familiares e incluso en situación de hacinamiento.

De tal manera que se trata de un problema multidimensional, que no sólo tiene que ver con la construcción de viviendas, sino también con la fragilidad de familias que entran y salen de la pobreza, y pueden entrar y salir del déficit habitacional, al ritmo de la inestabilidad macroeconómica.