Si el Gobierno lograra reducir el desempleo en un punto porcentual cada año y tasas de inflación de 23% en 2017, 15% en 2018 y 10% en 2019, podría reducir la pobreza a la mitad del nivel actual, según surge de la estrecha relación entre estas variables durante las últimas décadas.
Calcular lo que se conoce como índice de malestar económico, que considera desempleo e inflación, permite comprender la estrecha relación de estas variables con la pobreza, y reflexionar sobre cómo fue posible una pobreza casi idéntica en los ’90 y los 2000.
La pobreza evolucionó de manera casi idéntica durante las décadas menemista y kirchnerista, sin lograr perforar el 15%. ¿Será ese una especie de núcleo duro de pobreza, o es que las reducciones de desempleo e inflación no se sostienen el tiempo suficiente para perforar ese nivel?
A quienes les haya costado aceptar una pobreza en 2015 similar a la de fines de los ’90 les sorprenderá saber que su evolución fue casi idéntica durante 1989-2001 y 2003-15. Comprender cómo fue posible puede contribuir a reflexionar sobre el problema de la pobreza.
Con el impulso de los nuevos préstamos hipotecarios, la ciudad de Córdoba podría recibir casi u$s 700 millones, gran parte de los cuales podría perderse si Provincia, Municipio y desarrollistas no trabajan juntos para optimizar el proceso que conduce a la escrituración de lotes en la ciudad.
La participación de la ciudad de Córdoba en la construcción de viviendas unifamiliares ha estado reduciéndose sistemáticamente durante los últimos 5 años, probablemente por excesiva demora en el proceso burocrático que conduce hasta la escrituración de nuevos lotes.
A diferencia de lo que ocurre en la mayoría de los países, donde pasan casi desapercibidas, las visitas técnicas del FMI generan cierta repercusión en Argentina porque aquí suele asociárselas a la imposición de políticas económicas, algo que sólo ocurre cuando se solicitan préstamos.
Donald Trump y Hillary Clinton mostraron dos enfoques sociales diferentes sobre los que deberíamos reflexionar en Argentina: favorecer a personas de altos ingresos y esperar derrame o diseñar políticas que mejoren las oportunidades de los trabajadores.
El debate entre Trump y Clinton fue, en parte, el debate sobre la existencia o no de mecanismos sociales de derrame. Esto es más importante aún para Argentina, que no logra erradicar la pobreza e, incluso, logra el resultado paradójico de igual pobreza en los 90 y en 2003 a 2013.
Indexar por inflación, como impulsa el BCRA, soluciona el problema de los préstamos hipotecarios con cuotas fijas, que requieren altas cuotas iniciales para compensar el menor valor de las cuotas finales. Puede tener un gran impacto sobre la construcción cordobesa.
Si los préstamos hipotecarios indexados que impulsa el Banco Central permitieran que estas financiaciones tan sólo volvieran a los niveles relativos de fines de los ’90, y Córdoba participara de ese crecimiento de acuerdo a su tamaño relativo, el impacto sobre la construcción cordobesa sería importante.
Analizar la evolución de las exportaciones de servicios ayuda a reflexionar sobre si los problemas de competitividad de la industria son consecuencia o no de un atraso cambiario (además de otros factores). El análisis refuerza la idea de que sí lo es.
La falta de competitividad industrial podría ser consecuencia de sobrecostos industriales, de atraso cambiario, o de ambos. Analizar la evolución de las exportaciones de servicios no afectados por sobrecostos industriales refuerza la idea de que el atraso cambiario es parte del problema.